La guayaba, una Breve descripción

Al hablar de “guayaba” tenemos que decir que corresponde a un género de al menos cien especies de árboles, originaria de Centroamérica, podemos encontrarla en países tropicales como Brasil, Colombia, Perú, México, Ecuador, el sur de Estados Unidos, Filipinas, Venezuela, Costa Rica, India, Sudáfrica y Puerto Rico, por mencionar algunos.

En España la encontramos especialmente en Canarias y en la Costa Tropical de Granada (Motril, Salobreña y Almuñécar)

Su franja de cultivo va desde México hasta Brasil, dentro de los 35º latitud norte y 35º latitud sur. El árbol de guayabo posee una altura que varía desde los 3 hasta los 10 m. La piel de los troncos y ramas maduras es lisa, delgada, de color castaño-rosado y provista de innumerables lenticelos o poros. Es característico que se descame o mude cuando envejece. El guayabo se desarrolla bien desde el nivel del mar hasta los 2000 m. de altitud con temperaturas entre 16 y 34ºC, precipitación anual entre 1.000 y 1.800 mm y humedad relativa entre 36 y 96%.

De sus hojas podemos decir que se disponen en forma opuesta, son simples y de apariencia ovalada alcanzando entre 5 y 15 centímetros de longitud. Las flores del guayabo son blancas, de cinco pétalos y muchos estambres.

Los árboles de guayaba se distinguen por ser especies perennes que presentan numerosas ramificaciones. Si se les “mima” convenientemente adquieren un porte muy atractivo visualmente por el verde-rojizo de sus hojas y por la abundancia de su ramaje.

Respecto a las raíces podemos decir que destaca una raíz principal de la cual se originan muchas raíces secundarias más pequeñas que se van multiplicando en muchas otras nuevas raicillas que se distribuyen a distintos niveles de profundidad del terreno.

Algunos investigadores nos dicen que sus raíces tienen un efecto alelopático, es decir, que producen compuestos bioquímicos que influyen en el desarrollo o supervivencia de otras especies circundantes, positiva o negativamente de acuerdo al organismo receptor.

El tallo de la planta de guayaba se va desarrollando con brotes tiernos de color verde oscuro que no crece recto sino con tendencias angulares. Con el paso de los años y los avances en su desarrollo consigue transformarse en un tallo leñoso, de cubierta lisa y característico color marrón.

Los árboles de guayaba presentan sus flores en forma de brotes. Sus estructuras son hermafroditas, por lo que poseen ambos sexos en ellas mismas, presentan un color blanco y se pueden encontrar individualmente o en grupos de dos o tres flores por cada racimo. Las flores cuentan con muchos estambres y un único ovario.

El fruto se conoce popularmente con el mismo nombre de Guayaba y tiene un aspecto redondeado similar a una pera (las hay también de forma redondeada) sus tamaños varían dependiendo de la especie. Su calibre va desde los 5 cm hasta los 12 cm en variedades muy selectas. El peso puede oscilar desde los 30 gramos (variedades mini) hasta los 600 gramos por pieza.

Su cubierta o piel es fina y delicada (aunque hay variedades de mayor resistencia) presenta una tonalidad verde muy clara con tendencia al amarillo durante la época madura. Su pulpa puede presentar diversas tonalidades que van desde el color rosado al rojo o incluso blanco cremoso con tendencia naranja. Contiene pequeñas semillas fuertes con una fragancia característica.

Según los expertos, se caracteriza por tener un sabor entre pera, fresa, y membrillo. Hay muchos tipos de guayaba, pero todas son jugosas y tiernas por dentro, unas un poco más ácidas que otras, pero su sabor es delicioso. Su olor también es algo característico, al alcanzar su punto óptimo de madurez libera un olor muy fuerte y agradable. Bueno… hay personas a las que también les desagrada…

Se puede consumir de muchas formas, cruda y a mordiscos, o transformada en pasteles, zumos, postres (flan, mousse, gelatina…) mermeladas, etc.